miércoles, 18 de mayo de 2016

Mi final

Mi final tuvo un principio que no debería de haber empezado nunca.
Todos tenemos un error, una persona inadecuada que es la única capaz de hacerte feliz, aunque en realidad es una felicidad de mentira, pues es dolor, aunque no lo veas así, aunque en verdad no veas nada más que la realidad inventada que proyecta tu cerebro. 
El principio fue por lo tanto un error que creí acierto. Es de esos errores con los que prefieres hacerte daňo y no poder olvidarte, antes que ser feliz con otra persona, con aquella persona que no saludaste porque el error creía que era un error hacerlo, aunque ahora pienso que haberlo hecho hubiese sido el acierto que me salvase de este final.
Yo solo quería salir del precipicio de seguir intentando que aquello saliese bien, eran intentos tirados al fondo de su orgullo, y era demasiado profundo para encontrar un mínimo de compresión. Y desde entonces no tengo corazón, y sí coraza. 
He perdido el tiempo y ahora llego a destiempo a todas partes. He cambiado los abrazos por unos brazos anclados que no encuentran en nadie el consuelo. 
Y el final llegó cuando me di cuenta que me había acostumbrado al dolor, y acostumbrarse a algo, la rutina del dolor de pecho, es perder la partida. Y todo por un error. Y esto os lo explico  con el corazón en mis dos manos, pues en una sólo cabe la mitad de algo partido. 
Se fue con un beso dejándome en la boca la palabra esperanza. 
Y esperé, y desesperé. 
Y cuando insistes tanto y sigues fallando, y pese a romperte todas las veces lo sigues intentando, solo toca esperar que llegue tu final, y hacer de él un poema, una novela, una canción, en definitiva, convertir el dolor en arte para que los demás sepan de tu fracaso; yo, en cambio, decidí que el final se quedase en mi mente pensando siempre que de intentarlo una vez más se convertiría en acierto. 
 

viernes, 25 de diciembre de 2015

Ni una mirada

Desde el día en que te conocí supe que ibas a dejar huella en mí. No me digas como, pero fue mirarte a los ojos y saber que pensabas lo mismo. Esos ojos, en los que me he perdido tantas veces. Por no hablar de tu sonrisa. Verte sonreír era algo que realmente, me hacía feliz.

Llámalo química, conexión o lo que sea, pero me bastaba una mirada para saber lo que pensabas. Nunca había tenido tanta confianza con alguien en tan poco tiempo, y eso me encantaba.

La verdad es que, siempre he sido una persona muy desconfiada, pero contigo fue todo lo contrario. Confié en ti desde el primer momento, algo de lo que me arrepiento demasiado.

Soy una persona muy impulsiva, pero contigo había intentado no serlo. Puede que para no asustarte, o simplemente para intentar estar, a la que yo creía que era, tu altura.

No me hubiese sentado tan mal tu traición si fueses uno cualquiera, o si fueses uno más. Lo que realmente me dolió es que fueras tú. La única persona que pensaba que no me fallaría nunca y, ya ves. Estoy segura de que serías capaz de volver a hacerlo.

Y es que, muchas veces, no nos damos cuenta de que no es oro todo lo que reluce.
Que, una persona por la que tú lo darías todo, no daría nada por ti.

Por eso hay que conocer bien a las personas antes de confiar plenamente en ellas, y, hay que saber por quien merece la pena dar la cara, y quien no merece ni una mirada.

Cuando te miro

martes, 10 de noviembre de 2015

Me pregunto..

A veces te miro y me pregunto si es normal.

Me pregunto si es normal esa sonrisa de tonta que me provocas, o el aumento de latidos de mi corazón cuando te acercas . Me pregunto si sabes que no dejo de pensar en ti. Me pregunto si te das cuenta del brillo que me sale en los ojos cuando hablo de ti. Me pregunto si algún día te darás cuenta de que ninguna otra chica va a quererte como yo lo hago.

Me pregunto, si, por casualidad, te ocurre lo mismo

jueves, 5 de noviembre de 2015

No cometo el mismo error dos veces

Jamás imaginé que perderte me iba a costar tan caro. Supongo que la frase de "No sabes lo que tienes hasta que lo pierdes", os sonará, y realmente es así. La verdad es que es muy triste que tengamos que perder a una persona para darnos cuenta de lo mucho que la necesitamos..
Está claro que no  he sabido llevar la situación demasiado bien,  que no he tenido la madurez suficiente para dar una respuesta a todas tus preguntas, que te he decepcionado. Pero estoy segura de que eso ahora puede cambiar. Está bien, ayer hice las cosas mal, pero hoy las puedo hacer bien. Me arrepiento de muchas cosas, y una de ellas es el haber sido la causa de tus rayadas durante este tiempo. Otra es haberte dejado marchar, sin darme cuenta de lo mucho que te iba a extrañar...  Pero ahora que te veo delante solo puedo pensar en lo mucho que te necesito y en las ganas que tengo de volver a estar contigo.
No espero que me des una respuesta, simplemente espero que te des cuenta de lo mucho que te quiero y las ganas que tengo de tenerte cerca. Que cuando estoy contigo se me para el tiempo, se me olvida todo. Y en lo único que pienso es en la suerte que tengo de haberte conocido. Lo más fácil sería dejarlo pasar y olvidarme de ti. Conocer a otros chicos e intentar quererles como te quiero a ti pero, no vamos a engañarnos; eso es imposible.
La verdad es que eso seria lo más facil, pero me voy a quedar con la opción difícil. Voy a luchar por ti, por lo que siento, por lo que aún queda, y por las cenizas que han dejado nuestro fuego .
Por ser el que me alegra las mañanas, el que me hace que pasen más rápido los días y el qué me quita las ganas de irme a dormir por las noches.
          -No voy a volver a perderte de nuevo-

jueves, 15 de octubre de 2015

Cuando te veo

Te he visto el otro día. Estabas con tus vaqueros grises, tu camiseta negra y tus adoradas roshe. Creo que ya me voy acostumbrando a verte sin sufrir. Verte de lejos y siendo incapaz de aguantarte la mirada más de 2 segundos, pero puedo verte.

Te veo y me quedo hipnotizada en tus ojos. No sé porque, pero me encantan. Casi tanto como tu pelo. Le cuidas tanto como me cuidabas a mi. También me encanta tu sonrisa, que aunque a ti no te guste, a mi me parece la sonrisa más bonita que he visto nunca.

Y me encantaría pensar que esa sonrisa es por mi, me encantaría engañarme pensando que aún hay algo, pensando que aún me quieres. Pero prefiero ser realista, y asumir que esa sonrisa ahora es por otra, que entre nosotros ya no queda nada, que ya no me quieres.

Es duro decir esto pero, me alegro de que seas feliz. Me alegro de que ella te haga feliz, pero quiero que tengas en cuenta una cosa. Puede que ella te mire, te quiera o te cuide. Pero ten claro que ni ella, ni nadie, va a hacerlo como lo hacía yo. Ninguna chica va a quererte como yo te quise, ni va a tener un brillo en sus ojos cada vez que te mire, ninguna va a sonreir como una tonta al verte pasar.

Porque para mi fuiste especial, fuiste diferente, y por eso me confundes. Pienso que ya no siento nada, que quiero una amistad, pero luego te veo, y me la lías si sonries.

Y ese es el problema, que cuando te veo, no sé lo que siento

sábado, 10 de octubre de 2015

El tiempo lo cura todo

Ha pasado bastante tiempo desde mi último post en el blog. Pero además de los meses también han pasado demasiadas cosas que me han impedido escribir. No sé si por miedo o por rabia, no quería pensar en lo que había pasado, y mucho menos escribir sobre ello.

A veces, cuando nos encontramos en una situación dolorosa o difícil, pensamos que lo mejor es hacer como si no hubiese pasado nada. Pensamos que no desahogarnos o no hablar del tema, nos ayudará a superarlo u olvidarlo; pero no es así.

Para olvidar algo, o en este caso a alguien, es necesario recordarle a su vez. Recordar todos los momentos con esa persona. Y vas a llorar. Estoy segura de que vas a hacerlo... Pero no te escondas, es normal.
Muchas veces nos asusta el hecho de sentir las lágrimas cayendo sobre nuestras mejillas, unas lágrimas que parecen un río que termina en cascada y no es capaz de parar...

Pero hazlo. Llora, desahógate. Apóyate en la gente que te quiere, y  no tengas reparo a contarle a tus amigos porque llevas una semana de verano sin salir a la calle o porque llevas una semana sin responder a ninguno de sus mensajes. Cuéntales todo, y si hace falta, vuelve a llorar. Ellos no te van a juzgar, si no que te van a apoyar en todo momento.

Y poco a poco, a medida que vaya pasando el tiempo, te irás dando cuenta de que todo se puede superar. Quizás no consigas olvidarle, pero sé que aprenderás a convivir con ese dolor que, poco a poco, se ha ido convirtiendo en un dolor del pasado, un dolor que solo se quedará ahí para el recuerdo. Un recuerdo del que podrás aprender, del que podrás hablar sin miedo, un recuerdo que ya no causará esas lágrimas en tus ojos.

Yo he aprendido a convivir con ese dolor, y me siento orgullosa de mí misma por ello.
Hoy he venido a contaroslo. Puede que antes lo dijese, pero ahora os lo demuestro, y esque...

El tiempo lo cura todo